YO LO VI JUGAR EN GIMNASIA
BIENVENIDOS ALBOS A “YO LO VI JUGAR EN GIMNASIA”, LUGAR DONDE RECORDAREMOS A JUGADORES QUE DEJARON BUENOS Y NO TAN BUENOS RECUERDOS CON LA CELESTE Y BLANCA. LA HISTORIA ES UNA SOLA Y RECORDAMOS A LOS PLAYERS QUE DEJARON HUELLA EN GIMNASIA, YA SEA POR RENDIR, VENDER HUMO O SIMPLEMENTE HABER PASADO POR EL CLUB.
En esta ocasión hablaremos de un jugador que llegó de manera anónima a Gimnasia y Tiro pero que no desentonó con su rendimiento. Un goalkeeper mendocino, sobrio y regular, Claudio Manchado, llegó Al Albo en el año 1997, luego del ascenso del equipo salteño a la máxima categoría del fútbol argentino. Si bien Gimnasia contaba en sus filas con Ramón Benito Álvarez, alias “Palito”, héroe del Chateau Carreras, la dirigencia decidió que se necesitaba una renovación y por ello vio con buenos ojos traer un arquero para afrontar la temporada para codearse con la crema futbolera argentina.
Nacido en Villa Nueva, cabecera del departamento Guaymallén un 10 de marzo de 1971, “El Buby”, dio sus primeros pasos en el baby futbol del Club Leonardo Murialdo, luego en la década de los 90s pasó a Godoy Cruz, donde compartió inferiores con Rubén y Osvaldo Almeida, Rafael Iglesias, Daniel “El Gato” Oldrá, Juan Alejandro “El Cachorro Abaurre", quienes posteriormente le darían el primer ascenso al “Tomba” a la B Nacional, en el año 1994.
Luego del ascenso de Gimnasia a Primera, en el año 1997, Manchado llegó al “millonario para ser uno de los arqueros blanquicelestes esa temporada. El plantel tenía algunos jugadores que habían logrado el boleto a primera, como ser: Diego Cejas, Pedro Guiberguis, Adrián Cuadrado, Jorge Cervera, Pablo Saldaño, Sergio Plaza y Mario “Cococho” Giménez, Alfredo “Tanque” González, Isidro Iturrieta y Ramiro Leone, a los que se sumaron algunos jugadores “vende humo” como César Paiber (melena estilo movida tropical), Silvano “La Fiera” Maciel (Venia de hacer goles en San Lorenzo y en Gimnasia solo hizo 2), Darío Scotto (menos goles que chofer de colectivo en muletas), Sergio Dopazo (en caída libre), otros voluntariosos como Luis Bonett (Pelado), Mario Marcelo (Rústico), Carlos Walter Chaile, Marcos Barlatay, Adrián Fornero y los chicos del club como Christian Zurita, Renato Riggio, Esteban Gil, Esteban Trasancos y Carlos Castilla, Daniel Ramasco y Daniel Quinteros.
La estadía de Gimnasia en Primera División fue efímera, en Apertura 1997, finalizó último con tan solo 12 puntos, en 19 fechas, con 30 goles en contra. En tanto, en el clausura 1998, El Albo cosechó tan solo 16 puntos, en 19 fechas, con 34 goles en contra. La paupérrima temporada y el sistema de promedios, determinó que el equipo salteño regresara a la segunda categoría del fútbol argento.
Consumado el descenso, el arquero mendocino armó sus valijas y regresó a su provincia para jugar nuevamente en Godoy Cruz, donde compartió el puesto con los entonces jóvenes Nelson Ibáñez, Diego Pozo y Sebastián Torrico.
En el año 2001, se mudó hacia Rosario de Santa Fe y desembarcó con sus valijas cuyanas en Rosario Central. Allí integró el plantel que disputó la Copa Libertadores, tuvo como técnicos a César Menotti, Edgardo Bauza y Miguel Russo. Mientras estuvo en “El Canalla” jugó como titular tan solo dos partidos y permaneció hasta el año 2003 en la tierra de las bellas mujeres para luego retornar a su Mendoza natal y vestir la camiseta de San Martín donde jugó 85 partidos en dos años. Para completar su raid de equipos mendocinos agarró sus guantes y cruzó de vereda para ocupar los tres palos de Independiente en el año 2006, donde jugó otros 12 encuentros.
En total, “El Buby” disputó 287 partidos hasta su retiro. Hoy, alejado de los flashes, Claudio es visitador médico de un importante laboratorio y despunta el vicio en un club de su pago.
En una nota al diario Los Andes de Mendoza, Manchado se refirió a los últimos días de su carrera y comentó que: “del arco yo terminé agotado, cansado. Psicológicamente fue desgastante”.
Además, se refirió a sus hijos, que también son arqueros: “por ser el mayor, Ignacio me vio en acción, le gusta la cancha grande pero ahora ataja en futsal del club Alemán. Franco ataja en las inferiores de Murialdo, en fútbol de campo. Puede ser que lo disfruten, que no lo padezcan como yo al final de mi carrera. Ambos tienen que estudiar, sacrificarse. El más grande estudia, trabaja y juega”.
Finalmente, el arquero mendocino dejó una enseñanza para quienes inician su carrera deportiva y remarcó la importancia de forjarse un porvenir a la par de su desempeño en el soccer: “el fútbol es pan para hoy, hambre para mañana”.
Me despido de ustedes y les digo nuevamente “yo lo vi jugar en Gimnasia”, no se si bien o mal pero lo vi. ¡Hasta la próxima!
Fotos: gentileza de Daniel Villagra
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